Se reconoce a una persona resiliente cuando sus conductas van guiadas
por la adaptación activa frente a los riesgos que la vida le juega,
cuando pone en funcionamiento sus habilidades y competencias para
afrontarlas, cuando hace uso de sus sentido del humor y la creatividad
para modificar su significado, cuando reconoce un sentido de vida y
busca nuevas experiencias para afianzar sus pensamientos, cuando
discrimina perfectamente entre una situación de riesgo y la conducta que
lo involucraría; cuando se apoya en alguien para salir de un problema y
se aprecia a así mismo como principio integrador. Es decir, cuando pone
en marcha el engranaje de sus factores protectores.(JorgeMOntoya)