Como individuos podemos elegir entre morir activamente o de forma pasiva por enfermedad o vejez. Pero como sociedad podemos elegir entre dejar a la muerte morir como ella decida o podemos imponerle la ética dominante que señala cuáles son las condiciones aceptables de la muerte. Esta ética ha señalado en diferentes momentos cómo asumir el suicidio; Szasz (2002) señala que en un principio era pecado, luego un crimen y posteriormente un enfermedad mental; sin embargo, dado los acontecimientos contemporáneos (de terrorismo y sectas) podemos ver también al suicidio como una forma de heroísmo, propuesta o modelo de conducta. Esto lleva a pensar en el suicidio como un acto ejemplar y quizá como modo a seguir, dándole un halo de aceptación y reconocimiento que no tenía.
Este es el hilo temático del Examen profesional de María Segovia, con el tema Manejo de Duelo en caso de Suicidio, tesis asesorada por Jorge Montoya, sepresenta el 4 de Marzo en la FES Iztacala a las 5 pm.