Yo viví el 8º Congreso Latinoamericano de Resiliencia…
Sorprendidx
Viví el no preguntar el
por qué de las cosas
Feliz del por qué de las cosas
Sintiendo cada célula de manera intensa, encendida, mágica,
libre.
He podido sentir la fuerza del amor, la escucha y clamor de
un pueblo.
La presencia infinita de quienes no están más y sus
bendiciones.
Me he enamorado de estos días.
Yo compartí la emoción del octavo.
Me sentí queridx, apoyadx, nerviosx, pero con ganas de compartir
Una intensidad inimaginable, el conocer algo nuevo y
excitante
Recibí mucho amor y para compartir, muchas emociones lindas
y palabras hermosas que escucharon mis oídos. Doy gracias por este congreso.
Me sentí muy bien, un ambiente muy bonito, es mi primer
congreso y me encantó.
No es mi primer congreso y deseo que no sea el último.
Ha sido una gran experiencia y siento mucho agradecimiento
con quienes hacen posible esta experiencia.
Me siento con mucha vida y con ánimo de compartirla.
He descubierto que debo seguir permitiendo que la gente se
ria de mis sueños, porque al final podre decir ¡¡¡no que no¡¡¡
Aprendí que el fuego también es vida, luz, calor y
movimiento, descubrí que todas las personas, mientras estemos vivas, estamos
unidas.
Fuego bobo o fuego californiano, no lo sé pero me hiciste
llorar.
Porque para mí la este espacio significa vida y resiliencia,
sin saber aún este concepto, aquí, a lado de la gente que me apoya, comencé mi
proceso resiliente.
Me reencontré con viejxs amigxs, me reencontré a mí y encontré
que, como comunidad se puede trascender, que se puede realizar lo imposible
mientras lo posible no sucede.
Viví una nueva experiencia académica apegada al espíritu del
juego y la diversión. Una revelación, nuevas guías, maestrxs y compañerxs de
armas de paz.
La oportunidad de levantar mi voz por muchxs y expresar los
deseos y visiones de quienes no pudieron estar aquí.